Siguiendo con el tema de las desventajas de un motor de aire, hoy hablaremos sobre el repostaje o la carga del aire comprimido. Al llegar al momento en el que el aire comprimido que llevan los depósitos se agota, hay dos alternativas. La más socorrida es enchufar el motor a la red eléctrica y poner en marcha el motoalternador en su modo de compresor. Así, en un periodo que va de tres a cinco horas, los depósitos volverán a estar llenos de aire comprimido.
Sin embargo, la recarga ideal es mucho más complicada. Supone la instalación de grupos compresores de alta presión a lo largo de una red similar a la de las gasolineras, o unida a ellas. Esto supone unas inversiones tan fuertes en equipamiento que ponen en duda la viabilidad del proyecto.
Por otro lado, sobre el tanque de aire comprimido, hay que destacar que tiene un uso mayor de vida que el de una batería eléctrica.
Las empresas que se dedican al desarrollo de estos coches, explican que recargar los depósitos con estas máquinas no debería llevar más de tres o cuatro minutos.
Llegamos a la conclusión, de que el principal problema del repostaje es ver cuántas gasolineras equiparán estos surtidores de aire comprimido y en cuánto tiempo estarán presentes en un número importante en nuestro país.
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